El Mundo con ojos de Niño

Cuando miramos el mundo con ojos de niño siempre se ve diferente.  

Los niños, en su proceso evolutivo, van adquiriendo poco a poco las herramientas de razonamiento, deducción y análisis, y donde no llega su comprensión, ponen su imaginación. Esto les ayuda a adaptarse a la realidad, sin embargo, no siempre lo hacen de la mejor manera. 

Por eso los adultos tenemos que guiarles y orientarles en el camino de asimilación de un proceso de enfermedad como éste.

Cada familia es diferente. Cada niño es distinto. La manera de cómo llevar el proceso con ellos, no es igual para todos. Tenemos que adaptarnos y pensar en lo que es mejor para ellos. Sobre todo teniendo como referencia la naturalidad y la confianza.

NIÑOS DE 2 A 5 AÑOS
En esta etapa desarrollan su capacidad de auto-consciencia, es decir, se dan cuenta de que algo pasa. Observan a los padres y hacen pequeñas deducciones. Empiezan a ser capaces de expresar necesidades, pero no sentimientos. Aprenden a usar el baño solos y a asearse. Pueden ir controlando sus emociones y rabietas. Desarrollan su identidad sexual por el contacto con los padres.

Como les afecta la enfermedad de la madre
Pueden imaginarse que son los responsables por haberse portado mal. Pueden imaginarse que la mamá se va a morir (a veces te lo preguntan). Sienten inseguridad y buscan estabilidad. Pueden perder hábitos ya adquiridos (mojar la cama). Si la familia se focaliza mucho en la enfermedad, pueden sentirse abandonados o tristes.  Muestran curiosidad por el cambio en el cuerpo de la madre.

NIÑOS DE 6 A 8 AÑOS
Empiezan a agrandar su círculo de amigos. Van superando su egocentrismo. Se dan cuenta de lo que está bien y lo que está mal. Aprenden a cuidar a los demás y a negociar para obtener lo que desean. Aumenta su confianza en los demás y en sí mismos.

Como les afecta la enfermedad de la madre
Se muestran tristes o ansiosos. Se pueden sentir culpables. Pueden temer la pérdida de la madre. Bajo rendimiento escolar. Pueden estar más distraídos. Depresión a largo plazo. Pueden soñar o imaginarse que la enfermedad no existe, la niegan, y trata de evitar estar en casa con su madre para no verla.

Con estas pequeñas pinceladas intento poner en aviso a los padres, para que observen a sus hijos en este proceso de cambio para todos. Mi consejo es que no por ocultar cosas, protegemos a nuestros hijos.

Aprovechemos esta oportunidad que nos da la vida para ayudarles a crecer en responsabilidad, en empatía y en capacidad de superación.



 
  
 

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