lunes, 4 de enero de 2016

¡Feliz Año 2016! Es el mensaje que todos nos comentamos al vernos... Con él van nuestros deseos más cariñosos y positivos hacia la gente. Es muy necesario, pues en este año también habrá dificultades que afrontar y miedos que superar, seguro. 
Para este año me he propuesto avanzar en mi superación al miedo y a compartir con más cercanía mi etapa como enferma de cáncer de mama. Ya vamos a cumplir el cuarto año desde que lo descubrí en mi cuerpo, y ya puedo mirarlo sin que me haga daño.
Y es que, cada vez me doy más cuenta del poco acompañamiento que se hace desde las consultas médicas ante las muchas circunstancias que se viven y se sufren con esta enfermedad.
En el momento que te confirman el diagnóstico, hasta que entras en quirófano o empiezas con la quimioterapia, tienes que tomar una serie de decisiones que no siempre tienes la lucidez para tomarlas con consciencia.
Por ejemplo, la caída del cabello, es durilla y no siempre se vive bien. Mi consejo es que te rapes el pelo antes de que empiece a caerse porque es bastante escandaloso. El llevar peluca o pañuelo es a la elección de cada uno. Yo usé peluca aunque en verano utilicé pañuelos y sombreros que son más frescos. Respecto a las pelucas, hay maravillas, incluso se hacen a medida y respetando el corte de pelo que llevabas habitualmente. Para cortarte el pelo, elige un lugar de confianza, donde te sientas tranquila, si es posible en una sala donde no haya más clientes. Yo tuve la suerte de contar con la ayuda de una amiga peluquera, que me iba cambiando de estilo mientras me rapaba, primero a lo punki, luego a lo chico, y finalmente fui la teniente O´neil... nos echamos unas risas. Y una cosa descubrí: sin pelo también estaba guapa¡¡




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