martes, 8 de septiembre de 2015

Se pasó el verano y llegó la rutina... ¡Bendita rutina! Nos acerca a las cosas pequeñas, sencillas que son las que nos mantiene los pies en la tierra. Madrugar, ir a trabajar, ocuparse de la casa, de los niños... organizamos nuestro tiempo como organizamos nuestra ropa: las mudas en el primer cajón, las camisetas en el armario... El desorden del verano se guarda en el trastero para dejar paso al estructurado invierno (como soy de Burgos solo disfruto de dos estaciones). 
Sin embargo, os invito a que tengais en casa un pequeño cajón desastre donde poder meter alguna que otra locura. Los pies en la tierra están muy bien, pero la cabeza debe mirar al cielo y soñar. Son dos condiciones indispensables para ser felices... como los niños.