martes, 31 de marzo de 2015

Esta semana ha sido muy impactante... La verdad, primero el accidente de avión en los Alpes franceses y luego la revisión en el hospital. ¿Qué hay de común en cada una de estas circunstancias? Para mí las dos me han llevado de nuevo a sentir ese escalofrío que te pasa por la espalda, recorriendo cada una de las vértebras que te deja helada el alma. En palabras es algo muy simple y humano: MIEDO.
Miedo a morir, miedo a que las cosas no vayan como quieres, miedo a no poder confiar en nadie, miedo al futuro desconocido...
¿Hacia dónde caminaremos si no podemos confiar en los demás, en la buena fe con la que debemos realizar nuestras tareas cotidianas? Da igual que sea piloto que médico. La falta de confianza nos lleva a la inseguridad y al miedo.
Y es en casa, con mi hijo, cuando aprendo otra lección de vida. Él cree que yo busco lo mejor para él, a pesar de mis meteduras de pata. Él cree que soy la mejor madre del mundo, y por eso me da confianza. Él me mira con sus ojos limpios, porque cree en las buenas intenciones que tengo cuando le pido algo. Él no tiene miedo, porque vive el momento presente como si fuera un regalo. 
Y es a la vez que creemos cuando creamos.

domingo, 22 de marzo de 2015

Según la tradición critiana estamos en un período de reflexión llamada Cuaresma. Se trata de cuarenta días en los que debes dedicar tiempo a preparar tu corazón para la Pascua.

Me gustaría compartir unas ideas que escuché en una oración cuaresmal. Estas pistas me parecieron geniales para tranquilizar el alma y vivir con consciencia cualquier situación. Ójala podamos practicarlas no solamente en tiempo de Cuaresma.

Son las siguientes: 
  • Haz una lista de las cosas por las cuales estás agradecido. Escribe diariamente tres cosas, te ayudará a fijarte en todo lo bueno que ya tienes.
  • Realiza de forma amorosa actividades cotidianas que haces por los demás: bajar la basura, hacer la comida, hacer las camas...
  • Da gracias mientras creas una pieza de arte, reconoce en ella todos tus dones puestos al servicio de otros.
  • Ayuna de los pensamientos negativos.
  • Ayuna de llenar tu agenda de actividades. Deja un tiempo libre.
  • Si tiendes a aislarte, ayuna de los comportamientos separatistas, el hombre necesita de los otros para vivir.
  • Ayuna de la rutina, procura hacer cada día algo cambiando la pauta a la que estás acostumbrado.
  • Ayuna de estarte quejando continuamente, es una tentanción muy fácil y no soluciona el problema.
  • Ayuna por un día de la necesidad de controlar tu vida.
  • Habla menos y escucha más.
  • Intenta ser más cortés en tu actitud, palabras y acciones.
  • Cuando vayas a hacer la compra, pregunta a tu vecino si desea que le traigas algo.
  • Reconoce tus propias necesidades y atiéndelas. Da a otros la oportunidad de que te ayuden.
Son geniales, ¿verdad?. La idea es que cuando hayamos integrado en nuestra vida cada uno de estos detalles, podamos construir nuestra propia lista. No hay que olvidar que estamos puestos en un tiempo y en un espacio concreto para cumplir una misión, lo que nos lleva a tener que realizar cosas especiales. ¡Hagámoslo consciente y mejoremos la actitud!